Democracia y Ciudadanía son dos conceptos centrales tanto del pensamiento político actual como de la práctica sociopolítica, ya que la primera es algo más que un régimen político, y la segunda algo más que la pertenencia a un Estado o territorio concreto. La democracia es una forma de cultura y una forma de organizar la convivencia. La ciudadanía puede contener elementos de identidad y de pertenencia pero sobre todo alude a igualdad y a derechos de TODAS las personas.
Pero si bien este es el marco en que debemos movernos, la realidad nos confirma que la desigualdad y la exclusión social son fenómenos característicos de nuestra época, agravados por la crisis económica y de Bienestar Social. La desigualdad es un fenómeno socioeconómico que se refiere a personas o grupos dentro del sistema aunque en los niveles más bajos de estrato social. La exclusión es un fenómeno cultural y social que hace referencia a personas o grupos que ni siquiera participan en el sistema, aunque no podemos decir que no son parte de él. La desigualdad y la exclusión conllevan una pérdida de la condición de ciudadanía.
Uno de los grupos que ha perdido su condición de ciudadanía son las personas inmigrantes que no tienen regularizada su situación administrativa al no poder acceder en igualdad de condiciones con el resto de la población al sistema nacional de salud. Desde la aprobación del Real Decreto Ley 16/2012 de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones, casi 900.000 mil personas han quedado fuera de las prestaciones sanitarias en una clara vulneración de derechos reconocidos en normas internacionales (Organización Mundial de la Salud o Derechos Humanos) o nacionales (Constitución Española o Estatutos de Autonomía). La salud es un derecho humano universal y debe ser garantizado por los Estados.
Pero si no es así, ¿qué respuesta debemos dar?
Las acciones que Médicos del Mundo desarrolla están orientadas a facilitar que las personas en riesgo o situación de exclusión social puedan acceder a los servicios sociales y sanitarios existentes con criterios de equidad, manteniendo un análisis permanente del contexto que nos permita responder ante las nuevas necesidades; pero entendemos que la respuesta a esta situación no pasa exclusivamente por atender a las personas y los colectivos en situación de vulneración de derechos, en este caso el colectivo de personas inmigrantes con situación administrativa irregular, sino que es necesario también y a la par acciones de movilización social tendentes a sensibilizar, denunciar y tratar de provocar el cambio de una normativa injusta que no respeta los derechos humanos.
Por este motivo, consideramos fundamental la “movilización social” entendida como: “proceso que promueve la participación de personas y grupos titulares de derechos, de responsabilidades y obligaciones, a través de propuestas de acción orientadas a un cambio social que apueste por el derecho a la Salud para las poblaciones del mundo, con equidad de género y respeto por los Derechos Humanos y la diversidad cultural”. Pretendemos generar conciencias críticas a fin de construir una nueva sociedad civil comprometida con el cambio social, mediante el trabajo con titulares de derechos, obligaciones y responsabilidades para la eliminación de las causas de la vulneración del derecho a la salud y la construcción de sociedades más justas.
Nuestra legitimidad se sustenta en el trabajo directo con las personas que sufren exclusión y pobreza, afectando directamente a su nivel de salud, pero la capacidad de influencia y de impacto para contribuir a cambiar estas situaciones de injusticia viene del apoyo social. Sin apoyo social no tenemos fuerza.
Charo López López, voluntaria de Médicos del Mundo Castilla-La Mancha
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