Angola, en el África Subsahariana, es un país con una riqueza enorme de recursos naturales, pero donde la mayoría de la población vive inmersa en la pobreza.
Los indicadores de la Salud Sexual y Reproductiva (SSR) son alarmantes por la situación de derechos humanos en el país: la mortalidad materna es de 1.400 por cada 100.000 nacidos vivos; una mujer angoleña tiene el doble de probabilidad de morir en el parto que una mujer en Burkina Faso, aunque Angola es más de cinco veces más rica (medida por PIB per cápita) que Burkina Faso. La mortalidad de los menores de 1 año es de 130 por mil nacidos vivos; la mortalidad de los menores de 5 años es, con 220 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, la segunda del mundo. Incluso, uno de cada cinco niños mueren antes de llegar a cinco años de edad – el riesgo de morir más alto en todo África sub-sahariana, pese a que tiene el octavo PIB per cápita más alto de los países africanos.
Las cifras relativas a la SSR son especialmente significativas: la tasa de fecundidad es algo inferior a 7 hijos por mujer; un 33% de las mujeres son ya madres a los 18 años y un 68% de las mismas lo son a los 20 años. Las cifras muestran que la mayoría de la población no goza sus derechos humanos más básicos. La falta de cumplimiento de derechos humanos mostrada por los indicadores de resultado en nivel nacional muestra la necesidad de analizar los programas y políticas que pretenden ocuparse de estos mismos problemas; tal evaluación pueda explicar donde falla estos políticas y programas.
En Angola, como en muchos países africanos, el protagonismo social y político está reservado a los hombres. La población femenina sufre una situación de vulnerabilidad respecto al acceso, cumplimiento y ejercicio de sus derechos. Esta discriminación es muy difícil medir puesto que las mujeres no se sienten legitimadas para denunciar y mucho menos para promover cambios. Para que esta situación pueda cambiar, es necesario visibilizar los problemas que sufren las mujeres y hacerlos públicos, sensibilizando y promoviendo el ejercicio de sus derechos a nivel educativo, sanitario, social, cultural o legal. Vinculando todos estos aspectos y como base del crecimiento personal de las mujeres está la eliminación de la violencia.
Por todo lo anterior, Médicos del Mundo lleva a cabo, entre otras, la acción siguiente:
Programa “Fortalecimiento del sistema de atención primaria de salud de la provincia de Benguela, con especial atención a la Salud Sexual y Reproductiva y al empoderamiento de la Sociedad civil”, financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
El programa promueve un enfoque integral de los derechos sexuales y reproductivos que va más allá de los clásicos programas de reducción de mortalidad materno-infantil. La innovación que aporta es la concepción del derecho a la salud desde una perspectiva de género, de interculturalidad y de empoderamiento considerando:
.- Al Estado como responsable de garantizar los derechos sexuales y reproductivos de su población en un marco de igualdad de oportunidades, fortaleciendo el sistema público de salud en cinco componentes (Salud Sexual y Reproductiva, Manejo sanitario de la violencia de género, Salud adolescente, Medio ambiente y Sistema de Información Sanitaria (SIS));
.- Y, A la persona como un sujeto de derechos, fortaleciendo a la sociedad civil, a través del conocimiento del sistema de salud, su respuesta comunitaria a la violencia y la consolidación de ONG’s locales.
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