La escuela y el derecho a la salud
El derecho a la igualdad es algo incuestionable, es un axioma de partida en cualquier contexto social y en la escuela en particular; en la escuela caben todos los niños y las niñas con sus capacidades, con sus necesidades, con sus procedencias, con sus historias familiares… pero esa igualdad en la práctica debe ser transformada en equidad: para poder reducir las barreras que impiden o dificultan el aprendizaje, el acceso, la participación del alumnado y sus familias hay que prestar especial atención a quienes son más vulnerables o desfavorecidos, o quienes están más expuestos a situaciones de exclusión.
En la escuela es fácilmente identificable el alumnado y sus familias que están en situación más vulnerable o directamente excluidos, por la falta de material escolar, por el vestido, por la alimentación, por la participación de las familias… y a estas situaciones ahora hay que sumar que algunos de nuestros niños y niñas y sus familias no tengan acceso y derecho a la salud.
Entre las características de los DD HH hay dos que creemos es importante resaltar en el tema que nos ocupa:
Indivisibilidad: Los derechos humanos son indivisibles. Tanto si son civiles, como culturales, económicos, políticos o sociales, todos ellos son inherentes a la dignidad de cada persona y, por consiguiente, todos gozan de igual rango en tanto que derechos y no pueden ser ordenados jerárquicamente.
Interdependencia e interrelación: Muchas veces, la realización de un derecho depende, total o parcialmente, de la realización de otros. Por ejemplo, la realización del derecho a la salud puede depender de la realización del derecho a la información.
El derecho a la información es el primer paso para poder actuar; este derecho a la información no es sólo y hacia las personas que tienen vulnerado el derecho a la salud, es para todos y todas: las actuaciones de MdM son complementarias: apoyamos a las personas que están excluidas del sistema sanitario y al mismo tiempo trabajamos por la movilización de toda la ciudadanía reclamando la exigibilidad jurídica del derecho a la salud para todas las personas.
La escuela, por la función que ejerce y el lugar que ocupa dentro de una comunidad, no sólo puede tener una participación activa en los problemas que afectan a ésta sino que, simultáneamente puede hacer posible, aún más allá de sus muros, una verdadera educación democrática y sobre Derechos Humanos.
Para enseñar los valores que sustentan los derechos del niño, la niña y el adolescente (niños, niñas y adolescentes) es fundamental el rol del docente, su trabajo reflexivo, en equipo con sus compañeros y compañeras e integrado a la comunidad de la que forma parte la escuela.
Charo López López. Voluntaria del área de movilización social
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