La violencia contra las mujeres  es la violación de derechos humanos más universal,  presente en todas las sociedades del mundo. Esta violencia puede ser de varios tipos: física, psicológica, sexual, económica, simbólica, patrimonial y es ejercida en diferentes ámbitos de la vida de las mujeres, independientemente de la clase social, nivel cultural, religión y/o etnia.

Esta violencia, se ha incrementado en los últimos tiempos. Con la excusa de “crisis económica”, estamos asistiendo a un brutal recorte de derechos que se está cebando especialmente con las mujeres (peores condiciones laborales, problemas de conciliación de la vida laboral y familiar, ataque a los derechos sexuales y reproductivos, concepción de la mujer como objeto sexual, entre otras). ESTO TAMBIÉN ES VIOLENCIA.

Por ello, no podemos olvidarnos de todas las mujeres que han sufrido y sufren diferentes tipos de violencias, de aquellas que han fallecido a manos de sus parejas, exparejas y/o  maridos y también de aquellas mujeres que en su día a día se han visto amenazadas, insultadas, despreciadas y/o coartadas en su libertad por ser mujeres.

Aunque en nuestro país ha habido avances importantes en esta materia, adoptando medidas jurídicas que luchan contra este problema, NO SON SUFICIENTES. Es necesaria la movilización y rechazo de toda la sociedad para acabar con este problema tan arraigado. Por ello, especialmente necesaria es la implicación de los medios de comunicación y sus responsables, por su fuerte papel en la socialización de los niños, niñas y adolescentes y por la influencia que ejercen en el imaginario colectivo de nuestra sociedad.

Es nuestro deber denunciar situaciones especialmente flagrantes, como es la realidad de las mujeres en situación de prostitución, ya que ésta es una forma de violencia extrema para las mujeres, mostrando a las mismas como meros objetos sexuales para uso y disfrute masculino. Mencionar, que la trata de personas con fines de explotación sexual es una consecuencia de la existencia de la prostitución, donde los prostituidores, mal llamados “clientes”, perpetúan la violencia demandando mujeres como mercancía,  enriqueciendo a las mafias y a la industria del sexo.

Asimismo, especialmente sensible es la situación que viven las mujeres inmigrantes en situación administrativa irregular, ya que con la reforma sanitaria han visto mermada sus posibilidades de acceso a los recursos de atención primaria, siendo más difícil la detección precoz de situaciones de violencia, además de haberse visto vulnerado su derecho fundamental de acceso a la salud.

Por todo ello, desde el grupo de igualdad de Médicos del Mundo Castilla La Mancha, instamos a los Poderes Públicos y a la sociedad en general  a luchar contra esta lacra, haciendo hincapié  en la sensibilización de las y los profesionales y en la incorporación de la perspectiva de género  en  todas las etapas educativas,   para promover relaciones igualitarias  como forma de prevención de  cualquier tipo de violencia de género.

Si queremos avanzar como sociedad, no podemos permitir retrocesos en materia de prevención, denuncia y tratamiento de la violencia contra las mujeres. Por ello, instamos igualmente a los Poderes Públicos, medios de comunicación y la ciudadanía a continuar con la lucha y denuncia de esta forma de violencia que ataca a la mitad de la humanidad, las mujeres.

 Grupo de Igualdad – Médicos del Mundo Castilla La Mancha.

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