SUPERVIVIENTES Y EQUIPOS DE RESCATE SON QUIENES MÁS DEMANDAN APOYO EMOCIONAL PARA SUPERAR EL TRAUMA

Tras el terremoto que sufrió Ecuador el pasado 16 de abril, el Gobierno del país pidió el apoyo de Médicos del Mundo como ONG de emergencias especializada en salud mental, un enfoque clave en casos de catástrofes naturales. Así, hace unos días llegaba al municipio de Portoviejo, en la provincia de Manabí -una de las más afectadas por el seísmo-, un equipo psicosocial de nuestra organización.

El temblor, de 7’8 en la escala Richter provocó la muerte de casi 700 personas y dejó heridas a 4.600. En total, 350.000 se vieron afectadas. Al terremoto inicial le han seguido 788 réplicas, seis de ellas por encima de los 6 grados. Ahora, muchos supervivientes se preguntan si pudieron hacer más para ayudar a sus familiares atrapados en los escombros. Se han quedado sin nada material, pero con toda la culpa y la impotencia. Nuestro trabajo es aliviarles emocionalmente y proporcionarles herramientas para afrontar el incierto futuro que les espera.

Pero no sólo quienes han sufrido directamente las consecuencias de la catástrofe necesitan atención psicológica. También la necesita el personal que intervino en la respuesta a la emergencia, trabajando sin descanso y con una tremenda presión para conseguir rescatar supervivientes. «Las primeras ayudas tras un incidente crítico se dan siempre desde la propia comunidad. Una de nuestras tareas en la intervención psicosocial tiene como finalidad dar un respiro emocional a aquellas personas que estuvieron desde el primer minuto apoyando a la población, ya que muchos de estos equipos siguen prestando atención a la población afectada y es importante que quien cuida, se cuide también», señala Betty Roca, coordinadora de nuestro equipo en Ecuador.

Muchas de estas personas son a su vez damnificadas directas del desastre y presentan síntomas de estrés post traumático. A ellas, nuestra organización les ofrece lo que se conoce como sesiones de «descarga emocional». La liberación emocional es un proceso mental complejo que pasa por la aceptación de nuestras creencias erróneas (como la culpabilización por no haber podido salvar vidas tras el terremoto) y su posterior superación.

La destrucción de 7.000 hogares ha supuesto que más de 20.000 personas continúen alojadas en albergues temporales, en los que no siempre es fácil identificar las necesidades de salud mental.  En este contexto, hemos identificado como prioritaria la atención a los grupos más vulnerables, como mujeres, niños y niñas y personas mayores y con diversidad funcional.

El trabajo realizado hasta ahora

Hasta el momento, nuestro equipo, compuesto por dos psicólogos, dos psicólogas y un logista ha realizado ya siete sesiones de descarga emocional para 149 profesionales de salud del municipio de Portoviejo. Además, ha ofrecido formación en salud mental y  apoyo psicosocial en situaciones emergencias a 241 personas pertenecientes a las Fuerzas Armadas, el Ministerio de Inclusión Económica y Social, universidades, comités de riesgos y otras estructuras especializadas, a través de tres talleres impartidos en Portoviejo y Manta. Y 12 docentes de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manta han sido formados en primeros auxilios psicológicos con el fin de conformar equipos locales que puedan brindar este tipo de atención a la población afectada para prevenir la aparicfotografía (4) facebookión de posteriores problemas de salud mental

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