El verano es un tiempo que suele ir acompañado de momentos de relax y evasión, donde dejamos descansar parte de nuestras obligaciones, compromisos y rutinas. Es un momento propicio para emprender actividades que posiblemente no nos podemos permitir en otras épocas. Son esas cosas que hacemos porque nos estimulan y nos hacen sentir bien o simplemente, nos apetecen. También hay momentos para la reflexión y para detenernos. Detenernos a mirar, a observar, a valorar y si tenemos conciencia crítica, asomarnos más allá de nuestra propia realidad. Y entonces sentir. Y sentir que podemos hacer algo, que podemos aportar y que podemos participar.
Y es que sobran los motivos cuando lo que sentimos es que algo hay que hacer para cambiar una sociedad que no es justa, que rechaza, que excluye y que permite que se produzcan vulneraciones de primer orden como el acceso a los recursos sanitarios, la exclusión social y la vulneración de derechos.
Claro que…, no tenemos que inventar nada para aportar en lo que ya está organizado. Son muchas las personas que también se han parado a mirar y han sentido lo mismo. Lo único que tenemos que hacer es unirnos a ellas y participar de su proyecto de cambio. Se trata de encontrar ese grupo que está esperando nuestro apoyo y participación.
Una buena forma de terminar el verano es dándole contenido a lo que viene después y hacerlo con un puñado de objetivos de desarrollo personal. Nuestra sugerencia es incluir en esa lista de propósitos, el de hacer voluntariado y hacerlo en una entidad que se vuelca en la defensa del derecho a la salud, la sensibilización y el cambio social.
Haz voluntariado.
Mª Jesús Fernández Manjón
Vocal de desarrollo asociativo y voluntariado de Médicos del Mundo Castilla-La Mancha
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