Adiós a nuestro compañero y amigo Antonio Moraleda
Economista y voluntario de Médicos del Mundo, Apoyo Positivo y COGAM, fallece a los 80 años.
“Con el voluntariado ayudo a los demás y, sobre todo, a mí mismo”
Antonio Moraleda fue sorprendido por el sida en plena jubilación a los 65 años. Después de varios meses de encadenar dolencias y enfermedades diversas empezó a plantearse que quizás lo había contraído, pero antes de que se hiciera las pruebas llegó el colapso, tres meses de dolor. Salió, se recuperó totalmente y se volcó en informar y formar a jóvenes y mayores para que no cayeran en el mismo error que él: la ignorancia.
“Sigue extendida la idea de que el VIH es equivalente a tener una condena de muerte bastante próxima. Lo que ocurre es que existe un gran rechazo social, sobre todo en los aspectos laborales. Yo ya tenía una edad en que esas cosas estaban pasadas, yo decidí contarlo desde el mismo día en que llegue a casa del hospital”.
Cuando le dijeron que lo tenía, él ya lo había asimilado y pensó que se iba a curar, tal como fue. No tuvo un gran problema psicológico. Defendía que no hay nada mejor que contar uno su propia experiencia, por lo que fue al hospital a estar con personas enfermas, a las que pronto les llevó sus informes médicos para decirles que había estado igual que ellas. Es lo que se llama “educación de pares”, de una persona que está en la misma situación.
Además de ser socio desde hace más de 5 años, se comprometió en octubre de 2007 con el programa “Mejora de la salud de personas en situación de prostitución”, que Médicos del Mundo desarrolla en la Comunidad de Madrid. Después de una vida muy activa, no quiso perder ni un minuto. Afirmaba que con el voluntariado ayudaba a los demás y, sobre todo, a él mismo. Por eso, lo recomendaba como parte del tratamiento del VIH.
Era una persona entusiasta y comprometida, que cada miércoles acudía sin falta a su cita con la unidad móvil de Médicos del Mundo. “El abuelo”, le llamaban las mujeres a las que sin descanso Antonio trataba de transmitir como prevenir el VIH y empoderarlas para un mejor control de su salud.
La falta de Antonio se va a notar, y mucho. No solamente por su trabajo realizado en nuestra Sede, fundamentalmente porque es un ejemplo de arrojo, empeño y tenacidad que ha hecho mella en cada una de las personas que conforman Médicos del Mundo Madrid: voluntariado, personal técnico y sobre todo personas destinatarias de nuestros proyectos.
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Como siempre te dije,Antonio, yo de mayor quiero ser como tu. Te echamos de menos.
d.e.p.
Yo me he incorporado hace poco como voluntaria y no le he llegado a conocer personalmente pero estoy en el grupo que sale los miércoles con la unidad movil y he podido comprobar el cariño con el que preguntan por él las personas que atendemos. Ha sido sin duda una gran persona y queda como referente de los que vamos detrás aunque no hayamos coincidido.
Adiós Antonio, para mi has sido un ejemplo.
Un fuerte abrazo allá donde estés.