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Cuando Jayro Bustamante le dijo a su madre que quería ser director de cine ella le contestó: “buf…te vas a volver bohemio”. Pero al final ella cayó en la misma “trampa” y hoy día es productora. Nos lo cuenta entre risas Jayro durante el Festival de Cine de San Sebastián. Un encuentro distendido donde no solo hablamos de la película, sino de la sociedad guatemalteca.

¿Por qué decidiste contar esta historia?

Para mí era una obligación contar esta historia. Porque existe una María de verdad que mi madre conoció cuando yo era un bebé y que por aquel entonces hacia campañas médicas para vacunar contra la polio. En aquella época era muy difícil ponerla ya que el ejército había utilizado el engaño de las vacunas para esterilizar y ya nadie se fiaba. Y la historia de María debía ser contada, aunque cuente otra parte de su vida.

Contaste con un equipo multicultural

Si, en el equipo de trabajo hubo mayas, guatemaltecos, mestizos, franceses, argentinos, japoneses marroquíes, fue un enorme grupo multicultural y todo el equipo tomó la responsabilidad de contar la historia de María sin importarle el contexto político del país

El director de Ixcanul

El director de Ixcanul

El rodaje no tuvo que ser fácil.

Fue complicado y bonito. Duró 6 semanas, que es relativamente poco, pero 3 meses antes comencé a trabajar con los actores y actrices. Hacíamos talleres juntos para ganarnos confianza, con María Mercedes nos reímos mucho un día que nos íbamos a un bosque y decíamos:” hoy vamos a besar árboles (se ríe)”. Ella se iba muy lejos y besaba un árbol, y yo me iba muy lejos y besaba otro árbol (más risas) y a mí me daba “pena” besar el árbol pero yo no podía pedir algo que yo no podía dar. Al final de los 3 meses, trabajamos en el jardín de la casa donde vivíamos y besamos el arbolito que teníamos enfrente con uno al lado del otro (más risas).

Luego de toda esa cosa lo que se hizo fue un trabajo de familiaridad porque, mira, la verdad es que cuando empezamos a trabajar yo prometí una sola cosa: que todos íbamos a estar orgullosos del trabajo que íbamos a hacer. Todos colaboraron para eso”.

Ixcanul trata muchísimos temas importantes: el patriarcado, el aborto, la educación, los derechos sexuales…en éste último asunto es curiosos como el amor de infancia de María le pide tener relaciones sexuales como prueba de amor, esa es la única forma de asegurarlo. Y ella para poder estar con él, tiene que beber alcohol…

Es tan loco, en Guatemala tenemos muchos temas complicados, yo los pongo en el paquete del “asco”, porque tenemos esa doble moral tan asquerosa en la que no nos permitimos hablar de sexo. También hay unos movimientos religiosos, el país está lleno de evangelistas que prohíben la planificación familiar. Varias lideres de opinión mayas nos han dicho: gracias por romper tópicos, gracias por hablar de nosotras como mujeres de verdad, gracias por reconocer que tenemos sensibilidad, no somos unos animalitos que se aparean y tienen 20 hijos.

En Guatemala existe una gran misoginia. Pero si canalizáramos toda la fuerza femenina en crear estrategias, en hacer cosas importantes, si cogiéramos esa energía …no estaríamos donde estamos. Y si los hombres dejan de ponerle importancia a lo que las mujeres se dedican y comienzan a hacer cosas buenas por la humanidad, estaríamos hablando de una sociedad más normalizada…no sé cómo decirte…es terrible.

En un episodio de la película, la joven María vomita debido a su embarazo. Su padres se enfada y le dice que se vaya lejos porque no le deja dormir y acto seguido abronca a su mujer: “si le hubieras cuidado como había que cuidarle no hubiera pasado esto”. El papel del padre es terrible en todos los sentidos…

Hay una cosa muy bonita de una periodista socialmente implicada en Guatemala que hablaba de la ausencia del hombre: el que no es esposo, ni padre, ni amigo, el hombre socialmente necesita tener, el verbo de posesión que es tan importante, tener una mujer, y que la familia lo represente bien aunque nunca esté presente. Aquí pasa a todos los niveles.

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Me gusta mucho cómo está tratada la peli, podrías hincharte a llorar pero no lo haces por la dignidad que tienen estas mujeres que se enfrentan a temas como el aborto. ¿Cómo está en Guatemala este asunto?

Terrible. En Guatemala todavía hay clínicas que reconstruyen el himen. Te das cuenta lo objeto que pueden llegar a ser las mujeres. En mi casa somos muy conscientes pero tratamos a veces de bromear sobre el tema. Mi madre, mi hermana y yo solemos reírnos cuando mi hermana se queja de trabajar tanto y de que el salario es el 30% de lo que gana su jefe y ,simplemente, porque es hombre. El otro día se quejaba y mi madre, burlándose le dice: “ Y con qué derecho te quejas? Ándate a reconstruir el himen para que te respeten (risas). Realmente es tremendo, estábamos muertos de la risa con esa realidad tan cruel, por eso la palabra asco no me apena decirla en mi país.

No parece que sea fácil ser mujer…

Si sos mujer ya te fue mal. Si sos indígena peor. Pero luego hay muchas flores, mucho halago..pero mientras se mantegan ahí, abajito. Y piensan que eso no es machista.

Vemos al igual que en nuestro país, un grave problema de violencia machista.

Imagínate que hay mujeres que te dicen que se han vuelto evangélicas porque por lo menos “te dan” un marido que no es borracho y que no te pega.

La película también aborda la trata de bebés.

Hasta el 98, Guatemala era el primer país exportador de bebés en el mundo. Ahora la ley cambió en 2008, prohibieron las adopciones en el extranjero y están cambiando las cosas. Durante la guerra hubo un montón de mujeres esclavas sexuales y al considerarse crimen de guerra nadie salió culpable. De estas prácticas nacieron bebés, y cuando se firmó la paz se les cerró la fábrica y tuvieron que ir a buscar bebés a otros lugares. El caso de la película parte de ahí. A la verdadera María lo que la mantenía viva era pensar que su bebé estaba en una familia. Era tan chiquitita que no la pudieron vender, tampoco pudieron vender sus órganos y la debieron de dar en adopción. Ese único pensamiento era el que la mantenía viva.

 

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