¿Cuáles son sus consecuencias?

Si la trata ya es de por sí un calvario, las cosas no acaban ahí: aunque se consiguiera escapar de las garras de la misma, su sombra te persigue a lo largo del tiempo en forma de consecuencias.

En las personas víctimas de trata con fines de explotación sexual, según la Organización Mundial de la Salud, estas consecuencias sobre la salud son a menudo acumulativas, lo que significa que se van generando en cada etapa del proceso: la captación, el viaje, el tránsito, la explotación, y la integración o reintegración, lo que provoca desde manipulación emocional, restricciones sociales, abuso psicológico, físico y/o sexual hasta el uso forzado de alcohol y/o drogas, explotación económica, deudas ineludibles e inseguridad jurídica.

  • Administrativas:

Situación administrativa irregular en el país de destino.

  • Sociales:

Aislamiento, dificultades de inserción laboral, dificultades de acceso a la vivienda, racismo, soledad, amenazas contra la integridad física de su familia y entorno, violación de los derechos humanos, estigma.

  • Salud:

-Salud mental: trastorno por estrés postraumático, depresión, ansiedad, pánico, hostilidad, disociación, entre otros.

-Salud física: dolores de cabeza, de espalda, fatiga, lesiones agudas y/o crónicas, trastornos de la alimentación, complicaciones gastrointestinales, consumo de sustancias y sus consecuencias, enfermedades no detectadas y no tratadas, entre otros.

-Salud sexual y reproductiva, riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual.

A su vez, según el Parlamento Europeo (2014), la explotación sexual y prostitución y su impacto en la igualdad de género provoca:

  • El ejercicio de la prostitución tiene consecuencias físicas y psicológicas devastadoras y duraderas, incluso después de haber cesado la prostitución.
  • Entre el 80 y el 95 % de las personas que se prostituyen ha sufrido alguna forma de violencia antes de empezar a ejercer la prostitución (violación, incesto, pedofilia).
  • El 62 % declara haber sufrido una violación.
  • El 68 % sufre trastornos de estrés postraumático, un porcentaje similar al de las víctimas de tortura.