Voluntario, ria: Dicho de un acto que nace de la voluntad, y no por fuerza o necesidad extrañas a aquella.

Una definición algo farragosa que da la RAE para describir lo que a mí me movió “aquí dentro” para ser voluntario. Al fin y al cabo es una elección propia, es dedicar una parte de mi tiempo a una determinada acción sin recibir remuneración por ello.

Preguntarnos qué buscan las personas que queremos hacer un voluntariado requiere una pequeña reflexión. En los últimos años ha aumentado la demanda del “voluntariado por proyectos”. Esto es que la incorporación de los voluntarios a una asociación u otra entidad no viene determinada por el deseo de adhesión a la institución en sí, sino por la vinculación a un proyecto que resulta interesante por sus características.

La motivación es un elemento fundamental del voluntariado y mantenerIMG_20161115_110050646 - copiala a un nivel adecuado en el tiempo es sinónimo de compromiso y continuidad. Esta motivación experimenta cambios y transformaciones a lo largo del tiempo, y en el equilibrio de esta balanza está el éxito.  En mi balanza particular coloco:

–   Razones ideales: Ser útil, transformar la realidad en la que vivimos, cambiar las estructuras injustas y reivindicar justicia social. Ser más solidarios y mejores personas. Encontrarse a uno mismo, luchar por el bien común.

–  Razones reales: Ocupar el tiempo libre, hacer algo por los demás y para mí mismo. Relacionarme con otras personas. Vivir nuevas experiencias, formarme y desarrollarme como persona. Son sentimientos filtrados que quieren reforzar nuestra vida emocional.

A lo largo del tiempo me he dado cuenta que en mi caso es el equilibrio de ambas las que me hacen continuar tantos años, y que ya se han convertido en unas RAZONES PERSONALES, donde se juntan mis profundas inquietudes sociales y ganas de participar en programas y proyectos de acción social. Y unas necesidades asociativas, donde estrechar lazos con personas que comparten mis mismos objetivos de búsqueda de mayor justicia social y que quieren trabajar solidariamente con un enfoque de derechos y de género.

En definitiva, la ACCIÓN VOLUNTARIA significa DAR. Dar tiempo, recursos o  trabajo, y también RECIBIR, recibir satisfacción, aprendizajes, experiencia y relaciones humanas. Y me gustaría destacar la parte de acción, porque no es sólo un valor ético, una actitud, sino una práctica concreta. El voluntariado se hace, es acción. Si se queda tan solo en un vago espíritu de buen ciudadano o ciudadana, acaba siendo algo vacío y sin sentido.

Y es más cierto aún que no es posible la pura acción sin alma, sin valores. Una serie de valores, que son los que inspiran esta acción voluntaria y en mi caso se los debo a la educación recibida de mi madre y mi padre: justicia, solidaridad y deseo de igualdad.

Jesús Igualada Quintanilla, voluntario de Médicos del Mundo Albacete

 

 

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