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Llevo apenas unos meses colaborando con Médicos del Mundo. En las sesiones de inicio y acogida nos hablaron de las distintas sedes y de la independencia de cada una según las distintas lineas de acción locales. En la Comunidad de Madrid se habían fijado, que yo recuerde, cuatro: Inmigración, Prostitución, Movilización Social y Gestión del voluntariado.  A las personas voluntarias nos aconsejaron elegir, conforme nuestro interés. Yo me apunté en la que me parecía una bonita acción: Educación para el desarrollo. Me imaginaba que podríamos difundir en los colegios la labor de MdM por el derecho a la Salud Universal, dentro un mundo más justo bajo la  Declaración Universal de los Derechos Humanos, o de mi documento favorito La Carta de la Tierra .

Me llamaron y me ilusioné. Aunque había cambios. De momento el proyecto que se hacía en los colegios se paralizaba por falta de fondos y me ofrecieron colaborar con Carlos, dentro de comunicación y captación de fondos.

Me pareció genial, en parte porque era más cercano a mi experiencia profesional y lo mejor: me permitiría conocer una organización que no solo es asistencial, sino que también ejerce el derecho para denunciar comportamientos injustos. Luchamos contra todas las enfermedades incluida la injusticia. Me encanta. O como recuerdo de las primeras reuniones Atendemos, Testimoniamos y Denunciamos.

En la segunda reunión vino Beatriz para hablarnos del Real Decreto 16/2012. Parecía que nuestra capacidad de denuncia iba a ser puesta a prueba. Días después, ya con mi carnet de voluntario, recibí la convocatoria para una manifestación enfrente del Hospital Gregorio Marañón. Fue al final de agosto. Me imaginaba la calle frente al hospital lleno de manifestantes. Y busqué nuestras (ya para entonces las hice mía) pancartas.

Por entonces me preguntaba qué sentido tendría que unos pocos enarboláramos las banderas de la injusticia. Me gustó pensar que nuestra reivindicación profunda, y la que más resonó conmigo era la que decía que Ningún ser humano es ilegal; o como llevaba en la espalda un manifestante: La única nacionalidad es la humanidad.

Mientras, los gobiernos central y autonómico aprobaban y ponían en marcha el Real Decreto.

Entre tanto aparecía en los medios la campaña, en mi opinión magnífica, encabezada por Médicos del Mundo:  Derecho a curar; es un claro mensaje en donde se manifiesta la vocación de servicio a las personas (sean quienes sean) por parte de los profesionales de la salud.

En la mani también me dieron una chapa Yo sí atiendo, que le pasé a una amiga que la luce con orgullo en su centro de salud.

Y llegó la reunión del viernes 5 de Octubre. Ya las cosas en nuestro grupo empezaban a rodar  y en la reunión que tuvimos por la mañana nos prometieron «nuevos asuntos». Por la tarde conocería a las personas implicadas con el proyecto de Médicos en Madrid. Sería una más, con mi ignorancia aun, limitaciones y ganas de contribuir.
Reunión en c/ Juan Montalvo

Pero el ambiente distendido dio paso a una comunicación seria.

Por una parte, la económica. Se había generado una deuda importante que sería asumida por nuestra sede central, como consecuencia de la caída de subvenciones. Con el desolador panorama de que las administraciones locales y autonómica habían suprimido la financiación que en otros años ayudaban a configurar las distintas líneas de acción y actividades. Alguien preguntó si fue antes o después de posicionarse contra las reformas. Alguien también sugirió que entrábamos en una nueva fase de mayor independencia.

Por otra parte era necesario un cambio en las actuaciones habituales, para atender y/o apoyar la movilización contra el malquerido Real Decreto. Lo que supondrá alborotar las lineas de actuación convirtiéndolas en transversales y con una nueva organización que aun se está discutiendo.

Se habló de cuál era nuestra actuación más conveniente: Convertir a MdM Madrid en un «dispensario»  nos vuelve a un pasado lejano. Otra propuesta, difícil pero acorde con la movilización pedida a la sociedad, podría ser la de buscar las brechas en el sistema sosteniendo la actuación de los y las profesionales que, en su sano juicio, han apoyado la campaña.

Hace unos días oía en la radio cómo había sido la caida del Imperio romano y su organización social. Uno de los síntomas fue que el Imperio dejó de ocuparse de los asuntos que le parecían costosos y empezaron a crecer las organizaciones paralelas que se ocupaban de ellos. ¿Estaremos ante el derrumbamiento económico y social de un sistema?

También, de la reunión y después de hablar con una amiga que trabaja en un centro de salud, salí con la idea de que las personas que han venido de otros lugares seguirán siendo atendidos, sobre todo en temas de urgencia. Pero los mensajes que me llegaron fueron claros: lo que quieren es que se vayan. Y que estamos luchando, no por unos cuantos casos concretos que ya estamos documentando, sino por la vulneración de un derecho fundamental en una sociedad del bienestar, como es el de la salud universal. Y que a las primeras de cambio, y con una excusa de falta de recursos, se elimina.

He oído, desde entonces, que Cruz Roja va a recaudar fondos para «la ciudadanía nacional»: estamos muy mal. Espero que Médicos siga luchando por locales y foráneos, sean de donde sean. Nuestras protestas seguirán contra los recortes de fondos que implican una menor calidad en el sistema de salud. ¿Será por culpa de los de afuera que todo va a peor?

Con mi compañero Sergio hemos debatido cuál es la mejor forma de concienciar y mostrar las mentiras del Real Decreto. Hay argumentaciones económicas que tropiezan con el «no hay para todos» por más que los dineros de la sanidad provengan también de impuestos indirectos.  Quizás se trate simplemente de sentido común: compartimos el planeta y estamos profundamente relacionados (lo dice hasta la campaña de la DGT); nuestra sangre y nuestros sueños son los mismos. Y si estamos juntos aquí será por algo, la salud de los vecinos es también nuestra salud. Y además, lo que se da, vuelve. El amor  es como, nos hacen creer, los recursos de nuestra Tierra, prácticamente ilimitado. ¿Cómo podremos hacérselo ver a quienes parecen no saberlo?

De momento, la generosidad tendremos que ponerla a prueba en la captación de fondos. Ya no hay ayudas públicas, pero contamos con la solidaridad de quienes, como Médicos del Mundo y su voluntariado, se encuentran viviendo esta crisis; crisis que en chino significa oportunidad.

 

2 Comentarios para Voluntariado en tiempos de crisis

  1. Raquel dice:

    Muchas gracias Carlos, creo que tu testimonio refleja muy bien el sentimiento de muchos voluntarios/as. Yo como mucho del voluntariado de Médicos del Mundo me considero incansables a la hora de reclamar el Derecho a la Salud de todas las personas en igualdad de condiciones. Te animo a que sigas con nosotr@s por que la sociedad necesita de personas como tú. 🙂

  2. Araceli Sánchez dice:

    Gracias Carlos por tu sentido común y por tu amor. Es todo lo que necesitamos para contrarestar el miedo que acecha por todos los lados.
    «Salud para todos en el año 2000»,fue el eslogan de la OMS.

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