Cuatro centros educativos navarros han desafiado estereotipos y ampliado horizontes con el proyecto «Afrikan Murgiltzen» de Médicos del Mundo.

Con el fin del curso escolar, mientras las mochilas descansan y los relojes escolares quedan en pausa hasta septiembre, es momento de reflexionar sobre un año académico excepcional. Cuatro centros educativos en Navarra han sido protagonistas del proyecto «Afrikan Murgiltzen: (Re)conociendo África», una iniciativa pionera impulsada por Médicos del Mundo Navarra con el respaldo del Gobierno de Navarra a través de su área de Cooperación al Desarrollo.

Durante el curso 2024-2025, más de cien estudiantes de 3º y 4º de la ESO del IESO La Paz (Cintruénigo), IES Marqués de Villena (Marcilla), IES Ibaialde (Burlada), y el IES Plaza de la Cruz (Pamplona) han desafiado prejuicios, explorado figuras destacadas africanas y afrodescendientes, principalmente mujeres, descubriendo así que África es mucho más que lo que les han enseñado hasta ahora.

El objetivo central del proyecto ha sido cambiar la perspectiva y desmontar estereotipos sobre un continente históricamente invisibilizado o representado desde fuera. Es imperativo revisar profundamente su historia, pensamiento, diversidad y resistencia, aspectos apenas mencionados en los planes de estudio, lo cual refleja un tipo de racismo estructural.

El proyecto incluyó talleres sobre figuras africanas destacadas, unidades didácticas implementables por el profesorado, y la exhibición itinerante «Afrikan Murgiltzen», que visitó dos de los centros educativos, generando debate, cuestionamientos y nuevas perspectivas. Todo esto ha acercado a los estudiantes a una narrativa diferente: la voz de quienes viven, piensan y transforman África desde dentro.

Una de las actividades más impactantes fue la Jornada de Activismo y Juventud, donde tres jóvenes mujeres con experiencias diversas compartieron sus vivencias en dos centros mediante charlas participativas. Una de ellas, feminista y medioambientalista, impulsó «Fridays For Future» en Navarra y actualmente participa en espacios políticos a sus 22 años. Otra, afrodescendiente, miembro del grupo «Black Power» en Pamplona desde hace más de cinco años, reflexiona sobre racismo y convivencia intercultural, representando al grupo en contextos europeos. Finalmente, una joven de la «Asociación Fénix» brinda apoyo integral a migrantes, refugiados y personas LGTBI+, subrayando la importancia del activismo frente a los retrocesos globales en libertades. Todas ellas demostraron que ser joven y activista no solo es posible, sino necesario.

Este primer año marcó un compromiso firme hacia una educación transformadora, antirracista y feminista, promoviendo el pensamiento crítico, la empatía, la participación y el compromiso con la justicia global. Desde Médicos del Mundo defendemos que la escuela debe ser un espacio donde se cuestionen las narrativas dominantes, se reconozcan las memorias silenciadas y se abran caminos hacia un mundo más equitativo.

Al cerrar el curso, celebramos este significativo avance: una juventud que no solo ha aprendido sobre África, sino que también la observa con respeto, curiosidad y admiración. Nos recuerdan que otra forma de educar y mirar es no solo posible, sino necesaria.

 

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