Tras casi dos meses libre de ébola, el virus regresa a Liberia. Las autoridades sanitarias del país confirmaron el pasado 30 de junio que un adolescente de 17 años fallecido había dado positivo en el test post-mortem. Hoy, 2 de julio, se registran dos nuevos casos de personas que han estado en contacto con el joven.
El pasado 9 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba a Liberia libre de ébola, tras 42 días consecutivos sin registrar un nuevo caso. El país se convertía así en el primero de los tres más afectados en dejar atrás el brote. Sin embargo, las recientes infecciones ponen a Liberia de nuevo en el foco de la epidemia y lo sitúan al principio de la cuenta atrás de los nuevos 42 días que tendrán que pasar otra vez hasta que sea declarada, de nuevo y esperemos que definitivamente, libre de ébola.
La noticia ha saltado de inmediato a la prensa nacional e internacional, que se ha hecho eco del llamado a la calma del gobierno y de la puesta en marcha de un protocolo de rastreo de las más de cien personas que han podido estar en contacto con el joven de 17 años. No en vano, según la prensa, las dos personas que han dado positivo en las pruebas vivían con el fallecido, quien murió en Nedowein, a 40 kilómetros de la capital de Liberia y próximo al aeropuerto internacional.
«No se debe bajar la guardia”
La noticia se suma al aumento de infecciones registradas en las últimas semanas en Guinea y Sierra Leona y al hecho de que se hayan registrado nuevos casos en la capital de Sierra Leona, Freetown. La situación actual refuerza el mensaje que Médicos del Mundo ha venido trasmitiendo desde que comenzara el descenso en el número de casos: no se debe bajar la guardia y sí continuar proporcionando atención médica, mensajes preventivos y entierros dignos y seguros.
Médicos del Mundo continúa presente en Sierra Leona, donde gestiona tres centros de aislamiento de ébola en dos distritos del país. Paralelamente, se siguen realizando labores de prevención, formación de personal sanitario y movilización social con la población, y se han puesto en marcha recientemente programas de apoyo y atención en salud mental para los supervivientes y familiares, así como formaciones específicas en higiene, desinfección y salud psicosocial para docentes y personal de centros de salud.
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