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Andrew McConnell

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Hama Labied Mohamed


56 años


Fotografiado junto a contenedores en el campamento de refugiados de Rabuni, Argelia.

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Nací en 1953 cerca de Smara, en el valle de Saguia. Era una vida muy simple. Al igual que todos los beduinos cultivábamos sólo en tiempos de lluvia. También teníamos animales e íbamos a la ciudad para venderlos y comprar otras cosas. Escavábamos pozos de agua eligiendo para ello los lugares cerca del valle donde había estado lloviendo el año anterior. Viajábamos de un lado a otro siguiendo las lluvias.

La invasión fue terrible. Hubo muchos asesinatos y el pueblo saharaui fue expulsado por la fuerza. Huimos porque sufríamos muchos crímenes por parte de los marroquíes y no podíamos quedarnos. Miembros de mi familia fueron secuestrados y nunca volvimos a saber de ellos. Vinimos hasta aquí a pie. Las mujeres y los niños iban primero y los hombres los protegían. Me uní al Frente Polisario en 1974. Nos dijeron que teníamos el derecho a construir nuestro propio estado y yo estaba dispuesto a morir por la causa. Durante la primera invasión los marroquíes entraron con fuerza y casi no teníamos experiencia en la guerra.

Éramos muy optimistas acerca de nuestro éxito y con todos nuestros progresos estábamos casi seguros de ganar la guerra con Marruecos. Nos dijeron que en lugar de seguir luchando podíamos hacer las cosas de otra forma y elegir en un referéndum si queríamos unirnos al reino de Marruecos o construir nuestro propio Estado. Pensamos que era lo correcto porque sabíamos que todo el pueblo saharaui votaría a favor de tener un país propio. Ahora creo que sólo gana el más fuerte. El mundo no puede distinguir entre el opresor y el oprimido. Puesto que a los saharauis no se nos dio el derecho de expresar nuestros derechos tenemos recuperarlos por la fuerza ¡O vamos a esperar al fin del mundo! Nos arrepentimos de no haber continuado luchando. ¿Por qué nos detuvimos? De otra forma no habríamos malgastado todo este tiempo para nada.