El 30 de Enero de cada año, en el aniversario de la muerte del Mahatma Gandhi, se celebra el día escolar de la no violencia y la paz y pocos son los centros educativos que no programen actividades con su alumnado para recordar un aspecto tan importante de la educación: la no violencia y la paz, dos conceptos complementarios que en la educación básica obligatoria cobran un sentido propositivo e ilusionante.

Paz significa resolver mediante acuerdo. No es la ausencia de problemas, ni significa eliminar conflictos, que siempre existen y son normales en las relaciones humanas, sino encauzarlos sin violencia: hablando, discutiendo, exponiendo argumentos, escuchando posiciones diferentes y llegando a acuerdos que satisfagan a las partes en conflicto. No sólo el futuro, sino también el presente dependen de que nuestros niños y niñas, adolescentes y jóvenes aprendan a resolver sus conflictos por vías pacíficas. Por eso, es muy importante que los alumnos y alumnas adquieran “herramientas” y procedimientos para este fin y que vayan asumiendo valores que se traduzcan en actitudes y hábitos de convivencia.

Educar para la Paz y la No violencia entendido como actitud y hábito, no es algo fácil ni rápido: es un proceso lento que requiere un compromiso de la comunidad educativa; no es algo que haya que hacer “para el alumnado”; hay que hacerlo para y con el alumnado, para y con el profesorado, para y con las familias y para y con el resto de la comunidad local.

Visto así, no parece que tengamos suficiente con un día, ¿verdad?

Charo López López, voluntaria de Médicos del Mundo

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