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El pasado jueves día 6 de febrero, celebramos el “Día Internacional contra la Mutilación Genital Femenina” (MGF). Por ello Médicos del Mundo llevaremos a cabo las jornadas “Infancia y Derechos Humanos frente al fenómeno de la Mutilación Genital Fememina” en diversas comunidades. En Navarra comenzamos el pasado dia 3 en Cintruénigo con el visionado de Sinimi Mira y una charla posterior; el mismo dia 6 inauguramos en Pamplona la exposición fotográfica sobre nuestra intervención en MGF, y acabaremos las jornadas en Tudela  este próximo  día 13 de febrero jueves que a las 18.00h en el centro Civico Lourdes, tras ver el video «claves culturales para la comprensión e intervención prevención de MGF» tendremos charla-debate.

Recordemos que en el mundo, hay un total de 140 millones de niñas y mujeres víctimas de esta práctica según la OMS. El trabajo con mediadoras africanas, es clave para combatirla.

En Médicos del Mundo Navarra tenemos a una experta mediadora, y su nombre es Fátima Djara Sani. Para acercarnos mas a este tema queremos compartir la entrevista que Beatriz Zabalegui, voluntaria de comunicación, le ha hecho y así acercarnos a como se trabaja en prevención en MGF aquí en Navarra.

Entrevista con Fátima Djara Sani

Fátima trabaja en la ONG Navarra, centrada en dos áreas, una con la población africana afincada en la Comunidad Foral y la otra, con profesionales de diferentes ámbitos: social, sanitario y educativo. Organiza talleres de sensibilización y charlas formativas. Porque, como ella nos cuenta: “La ablación es tema tabú en la población africana, así que llevamos a cabo talleres de sensibilización, al principio, de salud sexual reproductiva para mantener la primera toma de contacto y ganarnos la confianza de la población africana”.

La ablación, ¿en qué medida puede afectar a la población africana afincada en Navarra?

Pues la comunidad africana en Navarra está formada por unas 5000 personas, de las cuales  hay 1340 mujeres y 500 de ellas han sufrido mutilación. Actualmente, unas 100 niñas están en situación de riesgo.

¿Te has enfrentado a muchas dificultades a lo largo de tu trayectoria profesional en Navarra?

Sí, muchas; sobre todo al principio. Es en 2008 cuando llego a Navarra para trabajar con Médicos del Mundo. Adentrarme en la comunidad africana para tratar el tema de la mutilación genital femenina se me hizo muy difícil. La ablación es un tema tabú y me veían como a un bicho raro.  Recibí muchas veces malas palabras e insultos por respuesta, pero era consciente de que son palabras que vienen desde el desconocimiento y no me hacían sentir mal. Yo sentía que tenía que seguir luchando, que debía continuar con mi proyecto y tratar que me escucharan y que esas personas fuesen conscientes de las consecuencias de la ablación, por sus mujeres e hijas.

Me acerqué a los líderes religiosos más influyentes de Navarra, a los que di información y formación para que acudiesen a charlas grupales y de ahí reunir a las mujeres y hombres de África en talleres. A través de fotos, video-foros,  relatos, se trata de crear impacto, y de ahí, que comiencen a reflexionar, a preguntarse, un ¿por qué? ¿Para qué?

Me gané la confianza de los grupos de africanas y de los hombres, lo importante, que saquen conclusiones, hablen y cuenten.

La aprobación del Protocolo contra la Mutilación Genital Femenina,  el 25 de junio de 2013, es un gran avance y es el resultado de mucho esfuerzo ¿qué supone para Navarra?

Sobre todo, que se pueda dar una alerta ante una situación de riesgo, una gran ayuda para las mujeres mutiladas y una atención muy grande en consulta. Además, los y las profesionales de los sectores socio-sanitario y enseñanza reciben una formación, lo que es  clave para la detección de posibles casos de riesgo.

Alrededor de esta práctica, hay mucho desconocimiento, históricamente, ¿nos puedes contar cuál es la base de la práctica de la ablación?

Es totalmente cultural, no tiene nada que ver con la religión. Se trata de una práctica milenaria que ya llevaban a cabo las tribus africanas, mucho antes de la llegada del Islam.

Si las mujeres saben el dolor que produce y los efectos secundarios tan terribles que tiene, ¿por qué permiten que se siga haciendo?

En realidad, las mujeres (y los hombres) no son conscientes de los efectos secundarios ni del gran riesgo que supone para la salud. El origen es totalmente cultural. Se considera que una mujer mutilada es una mujer bella, que llegará virgen al matrimonio, pero no hay una base fundamental. Hay un total desconocimiento del tema y una fuerte presión social para llevarla a cabo, con efectos muy negativos ante la oposición. Pero nunca se puede juzgar.

¿Cómo se puede convencer a una madre o abuela a no practicar la ablación a una niña si ellas mismas están convencidas?

Enseñando y demostrando las consecuencias. Haciendo un análisis de los problemas que la ablación conllevan se facilita la reflexión, igual recuerdan a aquella hija, sobrina, vecina, que falleció, porque algo pasó… si alguien ya ve que es negativo, es un gran paso.

¿Crees que la población africana en Navarra está concienciada o comienzan a ver la ablación como una mutilación injustificable?

Antes, era justificable, por el tema de la tradición y la cultura. Hoy, sin embargo, la gente es consciente de los graves problemas de salud que puede conllevar. “La salud de mi mujer e hijas está en juego…” Además, la ley prohíbe la ablación, así que detrás de las consecuencias en la salud (millones de niñas mueren cada año por efectos de esta práctica), vienen los temas legales. Cuando una familia con niñas regresa por unas vacaciones o temporada corta a su país de origen, emitimos una “hoja de compromiso” que respalda a la familia a nivel legal. Si las  niñas sufren ablación, los padres tienen pena de cárcel, lo que supone que el dinero que envían a su familia o tribu en el país va a dejar de llegar. Además, está también el sentimiento de culpabilidad de los padres.

¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI no se haya podido poner fin a esta práctica?

Diría que lo que hemos conseguido hasta ahora ya ha sido un gran logro. Hemos avanzado mucho, ahora al menos se habla de ablación en África. Es un tema que hay que trabajarlo despacio y con las personas afectadas, y hacer que comiencen a preguntarse, ¿Qué? ¿Por qué? Para qué?

En Navarra, las mujeres africanas están unidas en Flor de África, son mujeres dispuestas a todo. En la Ribera también se imparten muchos talleres para trabajar el tema, talleres incluso de gastronomía, para acercarnos a la población y hacer llegar el mensaje.

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Foto: Fátima impartiendo un taller entre la comunidad africana

Y yo, como ciudadana de “a pie”, ¿qué puedo hacer para luchar contra semejante práctica ?

Lo primero, no juzgar ni tratar de hurgar en la vida de la persona. Es muy importante conocer el tema de verdad e intentar ponerse en el lugar de esta persona que no quiere hablar. Luego, este tema tiene que tratarse a través de personas como yo,  para tratar el tema desde dentro y poder transmitir, ya que ante un occidental, no van a abrirse, te cierran la puerta.

¿Confías en la erradicación total de esta práctica?

Sí, totalmente. Hay una lucha por ello y la gente está cada vez más concienciada. Los hombres no quieren que ni sus mujeres ni sus hijas tengan graves consecuencias de salud.

Y finalmente, ¿cuál es tu mayor deseo?

Mi objetivo es llegar a tener una ONG para conseguir el empoderamiento de la mujer.  Quiero luchar por la alfabetización y por que las mujeres de mi país, Guinea Bissau tengan formación, no sólo en temas de ablación sino en todo. Quiero contar mi experiencia y aportar mi granito de arena.

En Médicos del Mundo  en general, y sobre todo en nuestra sede de Navarra,  se trabaja muy bien este tema y muchos otros, y me encanta, se hace siempre desde una perspectiva de derechos, y eso es necesario . Aquí nadie es más que nadie y esa es la clave. Quiero agradecer a Flor de África por todo el apoyo recibido y todo el trabajo que están realizando para las jornadas organizadas por el Día Internacional de la Tolerancia Cero. Gracias sobre todo a las mujeres de Malí, Guinea Conakry, Senegal, Costa de Marfil, Gana, Sahara, Liberia, Marruecos, Guinea Bissau, Camerún y Chad, por toda su lucha para erradicar la ablación y su continuo esfuerzo.

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