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¿Brasil, desahucios y personas refugiadas? Lo que en principio suena tan extraño no es más que otra joya que nos encontramos en la 64 edición del Festival de Cine de San Sebastián. Una historia real sobre los problemas para acceder a la vivienda que tiene la ciudadanía brasileña y que también afecta a las personas refugiadas que llegan a este país. Ambas partes luchan por un mismo derecho aunque a veces haya choques interculturales.


De qué va la historia

Un grupo de personas refugiadas provenientes del Congo y Palestina entre otros lugares, ocupan un viejo edificio abandonado en el centro de Sao Paulo junto a un grupo de trabajadores y trabajadoras con pocos recursos.  Un día les llega la orden de desalojo y tendrán que plantearse qué hacer ante la amenaza de quedarse en la calle.


Sensaciones

Las sensaciones cuando acaba esta película son muy buenas. Primero, porque no estás ante un dramón, que es lo que imaginas que vas a ver y porque hay muchísimos momentos divertidos y llegas a empatizar muchísimo con los y las protagonistas. Y segundo, porque consigue combinar lo anterior con la denuncia sobre la situación de las personas refugiadas, el racismo y los propios problemas de la ciudadanía brasileña.

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Recorrido

Premio Cine en Construcción 28 (2015)

Festival de Cine de San Sebastián: sección Horizontes Latinos

Nominada al Premio Cooperación Española en el Festival de Cine de San Sebastián

Alguna anécdota

Miembros de la PAH de Euskadi fueron invitados por el equipo de la película a la proyección y al finalizar se reunieron dándose un emotivo abrazo la directora y la representante de la asociación.

Eliane Caffe, la directora, aseguró que “nuestra idea era hacer una película en el universo de los refugiados que llegan a Brasil pero sin hacer un drama y enfocando la narrativa más en la acción que en la introspección,  mostrando por ejemplo el choque intercultural”.

En este sentido, hizo un trabajo previo con movimientos sociales donde conoció a la que sería la protagonista de este trabajo, Carmen Silva, quien vivía en el Hotel Cambridge, un edificio ocupado. Silva y el equipo de la película organizaron unos talleres que sirvieron para crear una primera oficina para aglutinar a refugiados y refugiadas en el Cambridge que, junto a los brasileños y brasileñas que vivían allí, comenzaron a reivindicar una vivienda digna para todos y todas.

Carmen Silva aseguró que los medios les están criminalizando pero que “ no somos marginados, ni vándalos ni ladrones, somos trabajadores y no tenemos armas, nuestras armas son las palabras y a veces los cocos”. (cuando la policia va a desalojarles les echan cocos)

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La activista Carmen Silva con uno de los productores de la película

Un equipo de estudiantes de arquitectura diseñó todo el mobiliario del edificio a partir de elementos hallados en la basura.

El equipo trabajó dos años en el Hotel Cambridge y aún costó otro año más terminar la edición.

La directora asegura que, tras realizar este trabajo, todo el equipo se ha vuelto activista en el tema de los desahucios.

El equipo recibió un largo aplauso tras la proyección del trabajo y estaban realmente emocionados y emocionadas.

Para terminar

La directora asegurá que estamos ante un cine experimental que trabaja con movimientos sociales. El resultado es un trabajo fresco, con momentos divertidos y con denuncia al mismo tiempo. ¡Merece la pena!

 

 

Isabel Eguiguren Ezquerro, voluntaria de comunicación

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