FORMACIÓN AL VOLUNTARIADO: «El feminismo como camino hacia la igualdad real: leyes Forales de igualdad y de violencia hacia las mujeres»

FEMINISMO E INCIDENCIA POLÍTICA.

Yolanda Rodríguez Villegas, voluntaria de Médicos del Mundo Navarra.

El pasado 9 de mayo por la tarde impartí una formación para el voluntariado de Médicos Del Mundo Navarra sobre feminismo e incidencia política. En concreto, la idea original era hablar sobre la Ley Foral 14/2015 de violencia contra las mujeres, y sobre la Ley Foral 17/2019 de igualdad entre mujeres y hombres, y de cómo las leyes, el marco normativo, son fruto no solo del impulso de la clase política, sino que en su elaboración y seguimiento la ciudadanía, el movimiento feminista en este caso, tiene un papel fundamental.

¿Qué podemos hacer para que el feminismo impregne todas las estructuras: las personales, las familiares, las relacionales, las sociales, las económicas, las políticas, las culturales?

¿Qué podemos hacer para derribar esos roles, estereotipos, tiempos y espacios de género que el patriarcado ha reservado para nosotras?

¿Qué podemos hacer para acabar con la violencia machista? ¿Que podemos hacer para avanzar en el camino de la igualdad real?

Lo primero de todo es ser conscientes, verbalizar y asumir que somos feministas, aunque duela.

También asumir que hemos sido socializadas en el patriarcado y que, por tanto, muchas de nuestras actitudes, pensamientos y palabras son machistas. Solo dándonos cuenta de ello podremos luchar contra la misoginia que tenemos interiorizada.

Organizarnos, es fundamental buscar espacios feministas, aprender, leer a las teóricas, buscar referentes, trabajar cada día en nuestras casas, empleos, aulas, lugares de ocio, asociaciones…, por visibilizar a las mujeres.

Y hacer incidencia política, buscar las raíces de la opresión y combatirlas en todos los lugares, cambiar leyes, hacer leyes, buscar la participación, insistir, persistir, resistir. Y no callarnos, nunca callarnos, porque lo personal, lo nuestro, también es político, que nadie nos diga que la nuestras son «cosas de mujeres». Somos la mitad, y se nos tiene que oír, ver y sentir en todos los lugares, no solo en aquellos espacios en los que nos quieren ver los hombres.