Las mutilaciones genitales femeninas. Parte II. Consecuencias inherentes a la MGF

MGFLas mutilaciones genitales femeninas vistas por Sylvanie, una mujer negro-africana.

África bastión de las MGF

La MGF, escisión, o circuncisión femenina, consiste en la ablación o supresión de todos o una parte de los órganos genitales femeninos externos. Dependiendo del tipo de operación que se realice se ha de diferenciado:

  • Escisión de 1º grado: extirpación de la totalidad o de una parte del clítoris.
  • Escisión de 2º grado: extirpación del clítoris y de los labios menores.
  • Escisión de 3º grado: extirpación del clítoris, labios menores y cara interna de
    los labios mayores.
  • Existe una cuarta modalidad, menos frecuente pero se practica en Burkina Faso que consiste en el frotamiento del clítoris con plantas que contienen un líquido irritante que penetra en la piel, convirtiendo el clítoris en un órgano
    insensible de manera definitiva (3).

Desde hace milenios en las sociedades africanas la MGF o ablación del clítoris forma parte de un complejo de ritos de iniciación ligados al estatus social de la mujer en la comunidad. Al nombre de esta tradición ancestral se quiere perpetrar ésta practica abominable que ningún investigador, a ciencias ciertas, puede fechar. Hoy en día en aras a los Derechos Humanos y en una lucha para preservar a la mujer su integridad surgen voces en contra de éstas prácticas para así contribuir a su emancipación y desarrollo integral.

Numerosas son las razones de aquellas personas que quieren mantener la nefasta práctica y así se pretende justificar con una serie de creencias que no encierren sino egoísmo y prepotencia de los varones sobre las mujeres:

  • Conservar y asegurar la virginidad de la mujer hasta el matrimonio.
  • Favorecer la fidelidad y proteger a la mujer del vagabundeo sexual.
  • Aumentar la fertilidad ya que se cree que: una mujer no escidada no puede tener hijos.
  • El contacto de la cabeza del bebé con el clítoris de la madre durante el parto
    provoca la muerte del niño.
  • Las relaciones sexuales con una mujer no escidada implica impotencia en el
    hombre.
  • La existencia de gusanos en el clítoris y de no ser extirpado, produce
    esterilidad.
  • Respetar tradiciones y costumbres de carácter religioso y social: Se sacrifica una parte del cuerpo para asegurar la salud del resto como ofrenda al “dios de la fertilidad” (4).
  • Se considera una prueba del paso de la infancia a la edad adulta (5).
  • En algunas regiones existe la creencia de que las personas nacen con dos sexos por lo que se considera necesaria la MGF que no corresponde a la verdadera naturaleza de la mujer.

El arraigo de tales creencias esconde las auténticas razones que posibilitan esta práctica brutal y que son esencialmente económicas y socio-culturales:

  • Supone una fuente de ingresos para las ejecutoras de las operaciones, generalmente ancianas muy respetadas en las sociedades donde se den estas prácticas.
  • Perpetrar el sistema patriarcal que impone un solo marido a la mujer, permitiendo al hombre tener varias mujeres.

Este tipo de organizaciones patriarcales, favorecen la práctica de la ablación, limitando la sexualidad de la mujer a la «perpetuidad del linaje» y por supuesto, la intimidad sexual a su marido.

Hay especialistas en estos temas, que consideran que, en sociedades donde las mujeres son las principales responsables de los hijos, ellas mismas contribuyen a continuar la desigualdad sexual respecto al hombre. En lo concerniente a la ablación, la preservación del linaje supone una tarea de la máxima importancia para las mujeres que, más vulnerables que los hombres, encuentran en la unidad patriarcal una fuente primordial de identidad y seguridad económica.

No contando con ningún poder ni ninguna autoridad institucionalizada, las mujeres salvaguardan con gran interés la posición del linaje en el seno de la sociedad, las ancianas en mayor medida ya que la vejez les confiere un estatus más elevado. En la mayoría de los casos es la abuela paterna, la anciana tía, la suegra o la madrina quien ejerce la presión
para escindir a las niñas y en caso de oposición por parte de los padres; lo llegan a hacer en secreto.

La ablación del clítoris, no es solamente un vestigio cultural, sino que forma parte de un sistema de valores que entraña la segregación de sexos y que está estrechamente ligado al honor y prestigio de la familia, lo que supone: la virginidad de las mujeres antes del matrimonio; la fidelidad femenina; la primacía de los hijos sobre las hijas y la obediencia absoluta al hombre.

En el seno de las sociedades estrictamente dominadas por los hombres, los hijos son una  de las pocas cosas que las mujeres controlan. Cuanto menos control tienen las mujeres sobre otros recursos, más forzadas se ven a apoyarse en sus hijos para asegurarse en su entorno. Tener un gran número de hijos parece ser el mejor medio de que las mujeres
disponen para satisfacer sus necesidades.

Este es, particularmente, el caso de las sociedades africanas donde la esterilidad, siempre atribuida a la mujer por ignorancia e interés, es una terrible causa de angustia y Prácticamente de pérdida de su condición de mujer.

Por triste que parezca esta afirmación, son las mismas mujeres (persuadidas de que la Escisión favorece la feminidad), las que someten a esta operación y la imponen a sus hijas. En Burkina Faso esta práctica está muy extendida, ‘según los estudios realizados un 70% de las mujeres burkinabè estarían escindidas.

La realización de la ablación del clítoris, entraña una serie de terribles consecuencias, en ocasiones ir remediables, para la salud física y mental de la mujer y sus futuros hijos:

A. Consecuencias inmediatas de corto plazo para la salud de la mujer:

  • Dolor violento, con el shock que ello supone y que puede conducir al desmayo o la muerte.
  • Fuerte hemorragia que puede conducir asimismo al desmayo o la muerte.
  • Lesiones en los órganos vecinos o la zona «intervenida» (ano, paredes vaginales,…) causadas por una mala cirugía.
  • Retención de orina debido al miedo al dolor que sentirá.
  • Infecciones originadas por los materiales utilizados (cuchillos sin esterilizar, medicamentos tradicionales,…).
  • Infección de la herida que cicatriza mal o tarda en hacerlo.
  • Tétanos.
  • Septicemia.

B. Consecuencias posteriores:

  • Formación de cicatrices duras.
  • Infección pélvica crónica, recidivante y que puede implicar esterilidad.
  • Dismenorrea (dolores menstruales).
  • Disporeunia (dolores durante las relaciones sexuales). Hematocolpos (retención de sangre durante las reglas en las vías genitales a causa del estrechamiento del conducto vaginal).
  • Infección de las vías urinarias, debido a la dificultad para orinar: el tejido de la cicatrización, no elástico, tiene tendencia a recurrir el meato urinario, por lo que se bloquea la orina en la vejiga y puede afectar a los riñones con la formación de cálculos.
  • Incontinencias (orina y heces salen sin control).
  • Dificultades en futuros partos (desgarros, cesáreas,…).
  • Transmisión de SIDA.
  • Disminución del deseo sexual.

C. Consecuencias psicológicas:

La experiencia de la ablación del clítoris, quedará grabada durante toda la vida en la memoria de la mujer que la ha sufrido y se traduce, en ocasiones, en estados de ansiedad, melancolía, depresión, etc.

La MGF convierte a las mujeres en frígidas, una de las consecuencias más dramáticas y crueles, pues algunas no llegan a sentir jamás un orgasmo.

D. Consecuencias sociales:

Todas las complicaciones citadas anteriormente plantean problemas sociales, que pueden desestabilizar la familia. Las mujeres escindidas que consiguen algún grado de emancipación vivirán esta experiencia como una terrible humillación y «todas» se sentirán heridas psicológicamente, incluso más que físicamente.

Consideramos que las nefastas consecuencias que acabamos de exponer, constituyen por sí mismas suficiente justificación para llevar a cabo cualquier programa o proyecto que, concebido y llevado a cabo tienda a disminuir, y a la larga, erradicar esta cruel práctica.


Próximas entradas: (III) Geografía del Dolor y (IV) Médicos del Mundo y MGF.


(3) Véase KAMBIRE, MAK. (1998): Sensibilización contra la práctica de la ablación del clítoris en Burkina
Faso, Trabajo de investigación, Madrid, p. 6.

(4) DAMIBA, FX. (1991): Chemin du risque, Tesis Doctoral en la Sorbonne, Paris, pp. 67-80.

(5) MBITI, J. (1991): Entre Dios y el tiempo, Mundo Negro, Madrid, pp. 161- 179.