En los tiempos que corren resulta que puede ser atrevido o incluso arriesgado hacer una película donde se trate el tema del radicalismo religioso. De hecho, el Festival de Cine Ramdam que se celebra en Bélgica fue suspendido este mes de enero por la participación de Timbuktu, (acababan de perpetrarse los asesinatos de Charlie Hebdo) por “riesgo particularmente elevado de atentado terrorista”. Por eso y por muchas más cosas esta película es valiente. Porque habla de aquellos que llegan a una ciudad y anulan cualquier tipo de voluntad en nombre de un dios. Y, sobre todo, porque habla de aquellas personas corrientes, anónimas, que nunca saldrán en los medios y que resultan ser auténticos héroes y heroínas por atreverse a romper con imposiciones que generan tanto terror.
¿De qué va?
Un grupo de hombres llegan a Timbuktu (Mali), con sus armas como única maleta dispuestos a imponer su ideología en la ciudad. Altavoz en mano, irán por las calles explicando las nuevas formas de vida que tendrán que llevar los hombres y mujeres que allí viven: “no se puede jugar al fútbol, no se puede escuchar música, no se puede cantar, las mujeres deben ir tapadas y con guantes…”
Mientras tanto, Kidane vive con su mujer y su hija alejado de todo problema en las dunas, hasta que un día, un pescador mata a una de sus vacas y va a pedirle explicaciones. Su vida dará un giro inesperado.
El director de la película es Abderrahmane Sissako, el film es una coproducción de Francia con Mauritania y dura 100 minutos. Golem es su distribuidora en España.
Sensaciones
Las sensaciones son tremendas, porque el director no se detiene en lo doloroso, te va contando las historias con mesura, no hay grandes escenas de violencia (aunque la historia sea tremenda), y sí una mezcla de calma, paisajes espectaculares, lugares exóticos mezclados con historias de injusticia y de dolor devastadoras…
Me gustaría destacar dos escenas (y no son las únicas) por su fuerza absoluta: la de los latigazos a una joven castigada por cantar y la de los niños jugando a fútbol. Y lo dejo ahí. No doy más pistas. Además, me encanta el papel del imán, siempre tan relacionado en Occidente como alguien radical.
Recorrido:
- 7 premios César en el 2015: Mejor Película, Director, Montaje, Fotografía, Guión Original, Banda Sonora y Sonido.
- Nominada a Mejor Película de habla no inglesa en los Oscars.
- Festival de Cannes: Sección Oficial largometrajes a concurso y obtuvo el Premio del Jurado Ecuménico y el Premio François Chaláis.
- Festival de Chicago: Mejor director
- La película también fue presentada en el Festival de Cine de Sydney y en el de Toronto.
Alguna anécdota
Es una historia basada en hechos reales. En 2012, en la ciudad maliense de Tombuctú, una joven pareja fue brutalmente lapidada por radicales islamistas. No estaban casados, y eso para sus verdugos constituía un grave delito contra la ley de Mahoma.
Tras un ataque suicida ocurrido en la plaza principal de Tombuctú, decidieron rodar en Mauritania por seguridad. Aun así, tuvieron que estar protegidos por el ejército mauritano durante todo el rodaje.
Hubo actores que se eligieron en el último momento, como el pescador, que andaba por la zona y fue contratado. El papel del touareg lo hace Ibrahim Ahmed, un músico residente en Madrid y la mujer del Touareg está interpretada por Tulu Kiki, cantante de profesión.
El personaje de Zabou en Tombuctú existe en la realidad. Fue una bailarina durante los años 60, y la única mujer en medio de los yihadistas que tiene derechos que otras mujeres jamás podrán tener. La actriz que la interpreta viste como Zabou, y también lleva una gallina en el hombro. Los yihadistas la dejaban ir sin cubrir, era la única que podía cantar, bailar, fumar, y decirles que eran “idiotas”. Su locura la eximía de toda responsabilidad.
Cuando los radicales llegaron a Tombuktú pasaron cosas terribles. Por ejemplo, un chico estaba arreglando un ventilador y pensaron que lo estaba robando. Así que le cortaron una mano.
Los profesionales han dicho:
“Tombuctú es un nombre que evoca aventuras exóticas (…) Pero después de ver el devastador drama del director Abderrahmane Sissako, resulta más probable que se convierta en un sinónimo de los peores excesos del fundamentalismo islámico”. Deborah Young- The Hollywood Reporter.
“Una historia llena de sencillez y de terrible realidad (…) No carga la mano el director, pues la mera descripción de lo cotidiano es ya espeluznante”. E. Rodríguez Marchante. Diario ABC
“Es cine sutilmente político, es exótica sin caer en la colección de postales y es visualmente apabullante sin hacer poesía de la miseria”. Nando Salvá-Cinemanía
Para terminar:
Tras los asesinatos de Charlie Hebdo creo que tiene muchas papeletas para ganar el Oscar a Mejor Película Extranjera. A mí me gustaría que ganara para que se conozca esta historia, para que la gente se acerque a los cines y recuerde a todos esos héroes y heroínas anónimos que se juegan la vida para poder cantar o jugar un partido de fútbol en tantos y tantos Timbuktus.
¡Muy recomendable!
Isabel Eguiguren- Voluntaria de Comunicación en Médicos del Mundo Navarra
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