Acaba el verano y comienza una nueva etapa. Pero antes de pasar con los nuevos retos que vamos a afrontar en este nuevo curso, es conveniente que hagamos un repaso a dos acontecimientos que han marcado el día a día del verano y que ahora, pasado el periodo estival y con ello el vacío de contenidos con que rellenar los 45 minutos de informativos diarios o las 48 páginas del periódico parece que ya no existen. Hablamos de la nueva epidemia que está provocando el virus del ébola y de la crisis en Gaza. Ambos hechos siguen estando presentes en aquellos países en los que se han producido. Médicos del Mundo ha estado desarrollando una gran actividad para ayudar a las personas que lo necesitaban a través del envío de personal y materiales sanitarios.
El virus del Ébola.
El Ébola, un pequeño río afluente del Mongala que discurre por Yambuku al norte de la República Democrática del Congo, fue también el nombre elegido para denominar, sin señalar así a ningún país, a una nueva enfermedad hemorrágica causada por un virus desconocido que se detectó por primera vez en 1976. Nada se sabía por aquel entonces de ese nuevo virus excepto que provocaba altas fiebres, vómitos y hemorragias en las personas afectadas. En ese año de finales de la década de los setenta el virus del ébola infectó a 318 personas en Yambuku y a 284 en Nzara, población perteneciente a Sudán del Sur, causando en total 280 y 151 muertes respectivamente.
Poco a poco y tras nuevos brotes originados años más tardes, se llegó a la conclusión de que el virus estaba relacionado con los murciélagos pues algunas de las personas afectadas en Sudán en 1976 y 1979 trabajaban en una fábrica en cuyo techo colgaban murciélagos. Ya en 2005, la revista Nature publicó las conclusiones de un grupo de científicos quienes habían analizado a más de un millar de animales vertebrados durante los brotes de ébola de Gabón y República del Congo entre 2001 y 2004. Estos científicos encontraron evidencias de infección asintomática del virus del ébola en tres especies de murciélagos frugívoros quienes pueden considerarse los huéspedes del virus. Estos murciélagos pueden afectar del virus a otros animales salvajes como gorilas, chimpancés, monos, antílopes o puercoespines.
Pero, ¿cómo se contagia el ser humano? El virus del ébola pasa a los seres humanos a través del contacto con órganos, fluidos o sangre de animales que tuvieran dicho virus. Además, el virus también puede contagiarse entre personas a partir del contacto directo con fluidos, órganos, secreciones… de personas infectadas entrando a través de membranas mucosas o de heridas.
El periodo de incubación suele oscilar entre los 2 y los 21 días. Su síntomas son: la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y dolores musculares, de cabeza y de garganta, vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas.
En la actualidad no existe ninguna vacuna que cure la enfermedad hemorrágica del ébola. La prevención es, y así lo defiende Médicos del Mundo, la estrategia clave para atajar el virus junto con la sensibilización de la sociedad. El ébola, aunque causa una alta tasa de mortalidad, no es fácil de transmitir, pues requiere del contacto directo con elementos contagiados. Por ello el estar pendiente de cuestiones básicas como identificar rápidamente a las personas afectadas, investigar a los contactos que estas personas han tenido para evitar que la enfermedad se propague, usar medidas higiénicas y de protección… puede ayudar a controlar el virus.
Además, Médicos del Mundo está realizando un gran trabajo de campo para la prevención del ébola en Sierra Leona.
La violación de derechos humanos en Gaza.
La constante violación de derechos humanos no ya sólo en la franja de Gaza sino a todo el pueblo palestino por parte de Israel no es una realidad nueva pues se remonta a finales de la década de los cuarenta tras el antisemitismo y el holocausto judío que mancharía Europa de una punta a otra. Por ello la comunidad internacional decidió para así paliar los daños contra los judíos, concederles una parte del terreno de Palestina a los judíos para que estos formasen su propio estado: Israel, cuya finalidad era crear un estado judío, excluyendo a las personas de otras confesiones y quitándole su hogar a las personas que allí había. Ante esto, los países vecinos declararon la guerra a Israel, ocasión que este nuevo estado aprovechó para extender su territorio y expulsar a los palestinos hasta el punto de que es mayor el territorio de Israel que de Palestina.
La Franja de Gaza, un pequeño territorio palestino al este de Israel, está formado en su mayoría por refugiados o expulsados palestinos de su antiguo hogar y padece numerosos ataques militares por parte del Estado judío de Israel así como el control de los productos que deben entrar en la franja, provocando incluso desabastecimiento de bienes, y también Israel controla los accesos terrestres o el espacio aéreo y marítimo de Gaza.
La ONU designó el año 2014 como Año Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino para “fomentar la solidaridad hacia
el pueblo palestino y generar un mayor impulso y apoyo internacionales para la realización de sus derechos inalienables, que se les han negado durante demasiado tiempo”. Aún así, sus derechos sigue sin reconocerse, en Gaza las personas viven en penosas condiciones viendo como sus derechos son constantemente violados por parte de Israel. Precisamente en este año que busca conseguir una solución total, justa y duradera a la cuestión de Palestina, el estado de Israel inició una nueva ofensiva contra los palestinos de la Franja de Gaza. Poniendo como causa el asesinato de tres jóvenes israelíes, Israel inició una nueva ofensiva, bombardeo constante y matanza indiscriminada. Más de dos mil personas, civiles palestinos, sobre todo niños y mujeres que nada tienen que ver en el conflicto, murieron durante los cincuenta días que duró la ofensiva israelí. Miles de casas destruidas, escuelas destrozadas, hospitales diezmados, palestinos asesinados o expulsados de sus hogares… en definitiva, un genocidio contra el pueblo palestino al que la comunidad internacional sigue dando la espalda. Recordemos que en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, encargado de mantener la paz y la seguridad entre las naciones, existe el derecho de veto entre cinco de sus miembros, uno de ellos EE. UU., principal aliado de Israel. Este derecho permite vetar cualquier decisión incluso aunque el resto de las naciones estén a favor.
Por ello, frente a esta realidad y a pesar de las constantes violaciones de los derechos humanos, las naciones suelen dar la espalda al pueblo palestino por lo que éste muchas veces sólo puede recurrir al apoyo de organizaciones no gubernamentales como Médicos del Mundo. El aumento de los bombardeos israelíes iba acompañado de una disminución de la ayuda humanitaria. Las treguas de apenas dos o tres días han permitido que Médicos del Mundo lleve camiones con productos sanitarios a la Franja de Gaza para poder atender a los heridos, así como la formación de personal sanitario. Gracias a esta ayuda se consigue mejorar el sistema sanitario a pesar de los escasos recursos con los que cuenta el pueblo palestino.