Dos meses del acuerdo entre UE y Turquía sobre expulsión de refugiados: seis consecuencias según los expertos

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El acuerdo que la Unión Europea y Turquía firmaron el pasado mes de marzo ha generado una gran polémica entre políticos de uno y otro signo, defensores de los derechos humanos y organizaciones humanitarias. Este pacto puso en marcha la devolución automática a Turquía de todos los refugiados y migrantes llegados a Europa tras el 20 de marzo. Por cada ciudadano sirio devuelto a Turquía, otro es reasentado en un país de la Unión Europea.

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Niño jugando en un charco en Idomeni, Grecia

La Fundación Equo organizó este miércoles la jornada Movilidad, Migración o Refugio ¿Solidaridad o Fortaleza Europa?, en la que expertos de diversas organizaciones políticas y humanitarias aportaron su punto de vista sobre la situación migratoria y relativa a los refugiados que está viviendo Europa, y más en concreto, sobre el acuerdo UE-Turquía.

Entre los ponentes estuvieron María Giovanna Manieri, asesora del Grupo Verde en el Parlamento Europeo en libertades civiles y justicia; Hakan Ataman, coordinador en Turquía de la ONG Helsinki Citizens Assembly; Sagrario Martín, presidenta de Médicos del Mundo; Cristina Muñoz, coordinadora de acción humanitaria de Alianza por la Solidaridad; o Joaquín Nieto, director de la Organización Internacional del Trabajo. Estos expertos llegaron a una serie de conclusiones comunes que se basan en un rechazo contundente hacia el acuerdo. Según ellos, estos son algunos de los puntos más negativos:

1. TURQUÍA NO ES UN PAÍS SEGURO.

Una de las bases jurídicas del acuerdo es que Turquía es un lugar seguro para los refugiados que son devueltos allí desde Europa. Sin embargo, Hakan Ataman, coordinador en Turquía de la Helsinki Citizens Assembly, asegura que hay muchos informes de diferentes organizaciones y observatorios que prueban violaciones flagrantes de los derechos humanos en suelo turco. La situación de los campos de refugiados puestos en marcha en Turquía no es la adecuada ni asegura unas condiciones de vida dignas para los refugiados, sentencia. Además, no existe ningún tipo de control ni regulación por parte de la Unión Europea que asegure que las personas devueltas tienen garantizada la protección de sus derechos humanos: no se realiza ninguna revisión de las instalaciones, y en su caso, afirma Ataman, cuando alguna institución europea u organización de otro tipo reclama este control, Turquía les muestra unos campos modélicos que para nada se corresponden con la realidad. Como dato ilustrativo de sus argumentos, Ataman aseveró que están constatados trece casos de niños refugiados que han sido víctimas de abusos sexuales por parte de funcionarios de los campos de refugiados turcos.

2. NO HAY TRANSPARENCIA SOBRE LAS APORTACIONES ECONÓMICAS DE LA UNIÓN EUROPEA A TURQUÍA.

Una de las condiciones del Gobierno turco, aceptada por la UE, fue que ésta le transfiriese 3.000 millones de euros para hacer frente a la acogida de los refugiados. Los expertos afirman que este dinero no está sometido a rendición de cuentas por parte de Turquía, que podrá usar los fondos como considere oportuno. “No hay transparencia ni mecanismos de control de la financiación, cuando agoten ese dinero pedirán más”, aseguró Hakan Ataman. Por otra parte, son siete los Estados miembros que todavía no han presentado sus certificados de contribución económica.

3. TURQUÍA NO TIENE CAPACIDAD ADMINISTRATIVA PARA CUBRIR LA LLEGADA DE REFUGIADOS DE EUROPA.

El país no cuenta, según los ponentes, con la experiencia y recursos requeridos para monitorizar la devolución y situación de las personas que son devueltas desde la Unión Europea. Ataman relató que se ha creado una Secretaría de Estado con personal que no tiene conocimientos sobre migración ni protección de los derechos humanos, por lo que difícilmente puede asumir la gestión que implica el acuerdo.

4. AUMENTA LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES.

Las mujeres, que representan más de la mitad de las personas refugiadas, han sufrido y sufren situaciones de violencia en un porcentaje muy elevado. Según Cristina Muñoz, coordinadora de acción humanitaria de Alianza por la Solidaridad, una de cada tres refugiadas afirma haber sido víctima de algún tipo de acto violento, especialmente de carácter sexual. Se han constatado casos también de trata de refugiadas entre campos turcos, expresó Ataman. La respuesta contra este tipo de violencia, además, es nula: una mujer refugiada que ha sufrido violencia de género no tiene atención médica ni psicológica cuando fallan los mecanismos de protección internacional, y menos aún, acceso a la justicia, sentenció Muñoz.

5. HAY RIESGO DE QUE EL MODELO DEL ACUERDO ENTRE LA UE Y TURQUÍA SEA IMITADO.

María Giovanna Manieri, asesora del Grupo Verde en el Parlamento Europeo en libertades civiles y justicia, aseveró que existe la amenaza de que este acuerdo siente un modelo a seguir en cuanto a políticas migratorias internacionales. El primer ministro italiano, Matteo Renzi, afirmó, ha presentado ya un proyecto para aplicar la misma fórmula con países africanos.

6. LA LLAMADA “CRISIS DE LOS REFUGIADOS” NO ES UNA CRISIS.

La situación generada por la llegada de ciudadanos sirios y de otras nacionalidades ha venido calificándose en Europa como “crisis de los refugiados”. Sin embargo, los expertos afirman que no se trata de ninguna crisis en cuanto al volumen de personas que demandan asilo en los países de la Unión Europea. De los 60 millones de desplazamientos forzosos que se produjeron en el mundo en el año 2015, sólo un 1,7% llegan a Europa. En comparación, otros países como Líbano o Jordania sí acogen a cifras mucho más elevadas de refugiados. En Líbano, una de cada cuatro personas es refugiada. Y, al contrario que Europa, estos países sí están acogiendo a refugiados sirios y concediéndoles una serie de derechos fundamentales que el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía les niega.