Detener la matanza de Alepo

Nuestra indignación debe detener la masacre de Alepo

Si no hacemos nada, dentro de poco solo quedará en Alepo los cadáveres de sus habitantes, que no habrán podido huir, que no habrán podido protegerse. Mientras son objeto de un asedio atroz, los barrios al Este de la ciudad sufren bombardeos incesantes, tan fuertes y devastadores que toda la ciudad tiembla y que dentro de poco solo quedarán ruinas en la parte oriental antiguamente poblada por 3 millones de habitantes. No se toma en cuenta en absoluto a las poblaciones civiles que van a ser masacradas mientras los rebeldes estén en estas zonas. El régimen y sus aliados rusos quieren ganar esta guerra a toda costa, tanto en el suelo como en el aire, por la violencia de las armas, aunque tengan que cometer crímenes de guerra despreciando a una comunidad internacional impotente.

20160930-Syrie-Alep©Reuters

Cada día mueren un centenar de personas, civiles en su mayoría. Sin contar los miles de heridos que acabarán muriendo o que quedarán gravemente y definitivamente mutilados. En esta parte de la ciudad donde sobreviven 300 000 habitantes, solo quedan 4 hospitales que funcionan en condiciones extremadamente difíciles. A la treintena de médicos heroicos que han sobrevivido y que se han quedado, les es imposible proporcionar la atención médica adecuada. Se resignan a salvar a quienes tienen más posibilidades de sobrevivir mientras otros mueren ante sus ojos. Algunas operaciones se realizan en el suelo, las amputaciones de salvamento se realizan sin anestesia, numerosos heridos mueren de hemorragias al no quedar bolsas de sangre para las transfusiones. Estas escenas de horror son el día a día de los últimos médicos que resisten. Sus vidas penden de un hilo, pero se quedan para no abandonar a los suyos.

A las fuerzas rusas y del régimen no les importa en absoluto la opinión internacional ni las amenazas de la Corte Penal Internacional por incumplimiento del derecho internacional humanitario. Esta estrategia militar de matar de hambre a las poblaciones sitiadas y de bombardear las estructuras de salud la utilizan para que las poblaciones huyan de los barrios donde se destruye sistemáticamente todo lo que les permite sobrevivir. Para estos verdugos, ¡hay que ganar esta batalla de Alepo por todos los medios, y al diablo con las acusaciones de crimen contra la humanidad!
¿A qué está esperando la comunidad internacional para abrir los ojos y para reaccionar ante esta situación que se asemeja a una masacre masiva? ¡Todos tenemos el deber de denunciar con firmeza esta escalada de violencia que se hace en la más completa impunidad!

Todos somos habitantes de Alepo, todos somos testigos de su masacre.
En su nombre pedimos a la comunidad internacional que reaccione inmediatamente y enérgicamente frente a esta urgencia absoluta para que se consiga:
• Poner fin inmediatamente a los bombardeos y proteger a las poblaciones civiles.
• Poner fin al asedio de las ciudades, a los ataques deliberados al personal humanitario y a la destrucción de las estructuras médicas, para permitir un acceso inmediato y sin condiciones a la ayuda internacional; imponer la evacuación de los heridos de las zonas de guerra y de las zonas sitiadas.
• Poner fin a la utilización de armas no convencionales.

Si nuestra moral y nuestra indignación se desvanecen y si no hacemos nada, se van a perpetrar otras masacres. Hay que reaccionar inmediatamente, de no ser así, todos cargaremos en nuestros hombros la insoportable responsabilidad del abandono de un pueblo. Movilicémonos fuertemente y seamos millones de hombres y mujeres para pesar lo suficiente en la comunidad internacional para que reaccione.

Firma esta petición y haz que otros la firmen, la suerte de los habitantes de Alepo depende de ello. Que nuestras voces puedan cambiar la historia consiguiendo que los dirigentes del mundo acaben con su vergonzosa indiferencia.