Sudán del Sur

En las diferentes campañas de inmunización infantil se han administrado un total de 4215 vacunas en clínicas móviles y unidades sanitarias.


contexto

Siendo el estado soberano más joven del mundo, tras su independencia de Sudán (9 de julio de 2022) es uno de los más frágiles (INFORM Risk 8,4, 2º en raking 2023). El Acuerdo sobre la Resolución del Conflicto (R-ARCSS) sigue ofreciendo esperanzas de paz. Sin embargo, la violencia persiste en algunas áreas, provocando el desplazamiento de personas y la pérdida de vidas y medios de subsistencia.  

El país ocupa el puesto 161 de 163 países en el Índice de Paz Global 2024, empeorando respecto al año anterior, y el 192 de 193 países en el ránking del Índice de Desarrollo Humano (2022). Arraigados en disputas tribales y de pastoreo, los conflictos entre comunidades persisten en muchas partes del país. El acceso limitado a lugares remotos dificulta el acceso de las personas afectadas a los servicios.  

Más de una década después de la independencia y seis años después de la firma del acuerdo de paz revitalizado, la población de Sudán del Sur sigue enfrentándose a condiciones humanitarias críticas. La crisis humanitaria ha persistido debido a una combinación de enfrentamientos armados esporádicos y violencia intercomunitaria, inseguridad alimentaria, problemas de salud pública y crisis climáticas. Estos factores han afectado gravemente a los medios de vida de las personas y han obstaculizado el acceso al agua, el saneamiento y la higiene, la educación y los servicios de salud.  

En 2024, la crisis económica, el conflicto en el vecino Sudán y las inundaciones generalizadas profundizaron las necesidades de la población. La preocupación por la protección sigue siendo elevada, especialmente para las mujeres y las niñas. (HRP, 2025). Sudán del Sur depende de las exportaciones de petróleo (95% exportaciones) y son la principal fuente de ingresos nacionales. La pandemia agravó estos problemas, provocando una fuerte caída del precio del petróleo, pérdida de ingresos, grave devaluación de la moneda e inflación. 

El país tiene algunos de los peores indicadores de salud del planeta, altas tasas de mortalidad y morbilidad infantil, desnutrición infantil severa y una de las tasas de mortalidad materna más altas del mundo, con 789 muertes por cada 100 000 nacidos vivos (Plan Nacional de Salud 2016-2026). Conflictos, inseguridad e impactos climáticos siguen siendo los principales impulsores de las necesidades humanitarias del país. Unido al alto riesgo de la población de padecer inseguridad alimentaria alrededor de 6,6 millones de personas (54% de la población) experimenta altos niveles de inseguridad (Fase 3) y de estos cerca de 2,8 millones altos niveles (Fases 4 y 5) (IPC, 2022). La situación ha empeorado respecto a años anteriores con un incremento de las tasas de desnutrición y otros problemas sanitarios motivados por factores de inseguridad de la población, falta de infraestructuras funcionantes, inundaciones, inestabilidad política y económica. 


NUESTRO TRABAJO EN 2024

Los proyectos realizados en 2024 tuvieron como objetivo mejorar la calidad, aumentar el acceso y fortalecer la capacidad de los servicios de salud primarios y secundarios, integrando Salud Mental y Apoyo Psicosocial, violencia de género, mediante el fortalecimiento del sistema nacional de salud a nivel estatal, de condado, de Boma y comunitario.  

En estrecha colaboración con el Ministerio de Salud del Estado y el Departamento de Salud del Condado, se apoyó a las unidades móviles estáticas y médicas en Bor South y Twic East. A través de sus socios locales, Sudan Medical Care y Jonglei State Women Association, se implementan la asistencia de atención primaria y el apoyo psicosocial a las mujeres.  

También se prestó apoyo técnico, supervisión y capacitación al personal de los establecimientos de salud y los/as asistentes comunitarios/as de salud, se apoyó en las derivaciones de emergencia para casos críticos y en las derivaciones y enlaces al siguiente nivel de atención; se rehabilitaron infraestructuras sanitarias, de saneamiento e higiene; se suministraron medicamentos esenciales, insumos y equipo médico, se realizaron consultas de salud mental y apoyo psicosocial además de la sensibilización comunitaria. Por otro lado, se continúa con el trabajo conjunto con otros actores no sanitarios como el trabajo en protección. 

A lo largo del año, se han atendido a 15 591 personas (5605 hombres, 9986 mujeres) de las cuales 11 981 (7642 hombres y 433 mujeres) lo fueron mediante clínicas móviles y 4167 personas (1527 hombres y 2640 mujeres) en las unidades sanitarias fijas. 832 personas (787 hombres y 1045 mujeres) se acercaron a los servicios de salud mental y 487 casos de violencia sexual y de género acudieron a las consultas antes de 72h. 

 Pacientes llegando en canoa para asistir a los servicios de la Unidad Médica Móvil en las islas Panakok, Bor.