Venezuela

Más de 620 000 mujeres de comunidades indígenas en poblaciones rurales con accesibilidad limitada han acudido a los centros de salud para ser atendidas en salud sexual y reproductiva, salud mental, por la desnutrición y enfermedades crónicas y agudas más prevalentes.


contexto

Venezuela está atravesando una emergencia humanitaria compleja, aumentando la necesidad de asistencia humanitaria. Entre los desafíos más urgentes se encuentran la desnutrición infantil, la mortalidad materna e infantil, y los brotes de enfermedades prevenibles. La comunidad internacional ha hecho un llamado a intensificar los esfuerzos para abordar estas necesidades básicas, como la distribución de alimentos, la asistencia sanitaria y la reconstrucción de infraestructuras.  

La hiperinflación, las sanciones internacionales, la pobreza, la desnutrición y malnutrición, las consecuencias de la movilidad de personas, la inestabilidad en los servicios como la electricidad, agua y la falta de combustible, el aumento de la morbimortalidad, las luchas políticas, la inseguridad, así como el desplazamiento de personas debido a conflictos fronterizos y la presencia de grupos armados no estatales continúan afectando la calidad de vida de la población.  

Asimismo, el riesgo de emergencias ambientales, incluyendo inundaciones, sismos y deslizamientos de tierra en diversas regiones del país, agrava la situación y pone en peligro la resiliencia de las poblaciones. Los servicios públicos de salud, educación, comunicación y transporte funcionan con limitaciones. 

La existencia de economías ilegales, la extorsión y el tráfico de drogas y personas son problemas persistentes que afectan aún más la estabilidad del país.  

Desde 2019, se ha implementado una estrategia de colaboración con el sistema público de salud para fortalecerlo en los estados Táchira, Apure y Sucre. Esta iniciativa promueve la atención integral y de calidad en salud, abordando áreas como atención primaria, donación de medicamentos y equipos, salud sexual y reproductiva, nutrición, salud mental y apoyo psicosocial. También se trabaja en la prevención de la violencia de género y en la adecuación de servicios de agua, saneamiento e higiene (WASH), así como en el control de enfermedades transmitidas por vectores. La respuesta se ha fundamentado en un enfoque participativo que busca identificar necesidades específicas y diferenciadas por edad y género. Esto ha incluido consultas con las comunidades afectadas y análisis para priorizar estrategias de intervención en sectores clave (salud, nutrición, salud mental, protección y WASH) dentro del plan de respuesta humanitaria de Venezuela 2024.  

Asimismo, se han realizado acuerdos con las autoridades locales de salud para alinear metas y objetivos. Se han identificado necesidades urgentes en materia de salud, incluyendo patologías no tratadas como enfermedades crónicas no transmisibles, parasitosis intestinal, infecciones cutáneas, síndromes virales, patologías ginecológicas y endocrinas. Existe una escasez generalizada de insumos y medicamentos necesarios para consultas de planificación familiar, así como perinatal y ginecológica, lo que limita el acceso a métodos de planificación familiar y el tratamiento de diversas patologías. Esta situación provoca que muchas mujeres embarazadas no asistan a chequeos preventivos ni controles citológicos debido a los altos costos.  

Además, la malaria y otras enfermedades transmitidas por vectores representan un grave problema de salud pública en el estado Sucre, que es el tercero con mayor número de casos de malaria después de Bolívar y Amazonas. En cuanto a la situación ambiental, hay graves deficiencias en el acceso, la disponibilidad y la calidad del agua potable, así como en la gestión de residuos y desechos. La falta de servicios adecuados para el manejo de aguas residuales y las limitaciones económicas para acceder a insumos de higiene complican aún más esta realidad. 


NUESTRO TRABAJO EN 2024

Médicos del Mundo ha estado abordando las necesidades humanitarias en Venezuela desde 2019. La organización se centra en un enfoque integrado de salud, nutrición y protección de la salud mental y psicosocial, coordinando sus programas dentro del sistema de clústeres humanitarios y trabajando en colaboración con ONG nacionales e internacionales.  

Los proyectos se implementan en áreas urbanas vulnerables altamente pobladas, así como en comunidades rurales e indígenas de difícil acceso.  

Durante el año 2024, se implementaron acciones para responder a las necesidades de salud priorizadas en los estados de Apure, Sucre y Táchira, de modo integral con los componentes de atención primaria de la salud, nutrición, salud mental, apoyo psicosocial, prevención de la violencia de género y WASH. 

La estrategia implementada permitió integrar los centros de salud y sus comunidades en la respuesta a las necesidades de salud, identificando prioridades, brindando atención y realizando seguimiento. Esto a través de la formación de los equipos sanitarios, distribución medicamentos e insumos, dotación de equipamientos e impulsando estrategias de sensibilización en la población. 

La intervención alcanzó a más de 1.1 millones de personas, en 31 centros de salud de los tres estados.  

En materia de infraestructura se trabajó en la rehabilitación y adecuación de espacios en los centros de salud a los fines de favorecer la accesibilidad, asegurar espacios de atención dignos, acceso a suministro de agua en los puntos de atención sanitaria y espacios adecuados de almacenamiento de medicamentos e insumos.  

Tamizaje nutricional en adultos mayores en una clínica móvil en la comunidad de Agua Dulce, municipio Torbes,Táchira.